“La cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla (Dios tiene el control de todas las cosas)” 1 Timoteo 6:15
Todos nos preocupamos de vez en cuando, pero la gente sabia ha aprendido a evadir el exceso de ansiedad siguiendo estas directrices:
(1) Definir claramente la situación. ¿Qué es exactamente lo que te preocupa? Se especifico. Regularmente, cuando tomamos el tiempo para aclarar el problema, la manera en resolverlo se presentará sola.
(2) Enfrenta lo peor que te puede pasar. ¿Podrías perder tu trabajo? ¿Tu relación? ¿Tu inversión? En la mayoría de los casos incluso si lo peor ha ocurrido, las oportunidades no te arruinarán. Puede ser incomodo o doloroso, pero ¿realmente justifican toda la ansiedad que tu le estás dando?
(3) Resolver a aceptar el resultado, sea cual sea. La mayor parte del stress viene de la negación, de no estar dispuesto a enfrentar lo peor que podría pasar. Una vez que nos decidamos a aceptar cualquier cosa que pueda pasar, encontraremos que la preocupación pierde poder sobre ti.
(4) Trabaja en mejorar la situación. El renombrado neurólogo James Austin H dijo: “Oportunidad favorece aquellos en movimiento” Haz todo lo posible para asegurar el mejor resultado y “…después de haber hecho todo…de pie” (Efesios 6:13)”.Parémonos sobre las promesas de Dios.
(5) Dar el problema a Dios. El es…el controlador de todas las cosas. El salmista dijo, “En ti confían los que conocen tu nombre, porque tu Señor , jamás abandonas a los que te buscan” (Salmos 9:10)
Recuerda, nada puede pasarte hoy, u otro día, que Dios no esté al tanto, en control de, y capaz de llevarte a través de ese problema.
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