Naaman tuvo un problema, único problema. Recordando la historia Jesús dijo, “…muchos enfermos de lepra estaban en Israel en los tiempos de Elías el profeta, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naaman…” (Lucas 4:27) Es fácil creer en Dios por algo que has visto que El haga antes. Pero Naamán no solo tenía lepra, Nadie que el supiera había sido sanado de ella.
¿Estas siendo probado hoy por está única situación en tu vida, en tu matrimonio, en tu familia, en tu carrera? ¿Tienes miedo en hablar acerca de esto porque no conoces a alguien que haya vencido ese problema en particular? Si es así, ¡Deja de enfocarte en el problema y empieza a enfocarte en Dios! El no necesita nada para empezar para poder resolver tu problema.
Recuerda, en Génesis El hizo el mundo de nada, y todavía la cuida día con día. La Biblia dice que Naamán era un “Gran…hombre,” pero Dios estaba por hacerlo uno más grande. Cuando El quiera que nosotros tengamos una gran influencia, El permite que nos enfrentemos grandes retos. Es cómo nos mueve de ser impresionados a ser alguien excepcional. Pero cuando lo hace Dios, debes ser muy cuidadoso.
Una de las principales preguntas que la gente pregunta es: ¿Cómo lo hiciste? Ellos empezaran a admirar tu status, cuando todo el tiempo fue tu aflicción que desemboco en doblar tus rodillas y permitir que Dios te haga en la persona que te has convertido.
Antes de que puedas ser excepcional tu debes trabajar en desarrollar una fe que crea que Dios haga lo imposible. Y confíe lo que El diga independientemente de las probabilidades
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Dios te bendiga