“No está bien quitarles el pan a los hijos… y echárselos a los perros” Mateo 15:26
La desesperación nos pone en una situación final donde no tenemos nada que perder. Cuando nuestro umbral de dolor llega a un nivel alto. Hacemos lo que sea necesario para encontrar alivio. Jesús le dijo a una mujer canaanita quien le preguntó que si podía sanar a su hija, “No está bien quitarles el pan... y arrojárselos a los perros”. Ahora ella pudo haber tenido rabia y hubiera dicho: “A quien estas llamando un perro?” Pero no, ella respondió, “Si, Señor; pero hasta los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” (Mateo 15:27). Como resultado, su hija fue sanada. Porque? Porque ella se humilló a sí misma y rehusó estar ofendida. Estamos dispuestos a hacer esto?
Porque Naamáan que era un importante líder, su orgullo casi le costó su vida. Primero: El se enojó porque Elias envió a su sirviente, en vez de venir y hablar con él personalmente. Segundo: Cuando el profeta lo instruyó en cómo limpiarse. El “se fue lleno de rabia” (2 Reyes 5:12). ¿No te suena familiar? “huh, Yo no tomo ordenes de nadie”
Darte más importancia de la debida puede robarte de lo que Dios tiene para ti. Arruinaría tu efectividad y bendición. No permitas que el orgullo te robe del premio. Cuando tu estas en la batalla. Mantente quieto y tu cabeza abajo, aguanta, cuando estás en una encrucijada puede costarte tu vida. La Biblia dice “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte en su debido tiempo” (1 Pedro 5:6). Permite que Dios te exalte, no trates de hacerlo por ti mismo.
YOU raise me up……Celtic Woman