Vas a alcanzarlos y rescatarás a los cautivos” 1 Samuel 30:8
Después de haber perdido todo en Ziklag, David podría haber dicho “Creo que estaré en la cueva el resto de mi vida y dejaré que Saúl sea rey”. En lugar, el preguntó a Dios cuál es el siguiente paso que debe hacer y Dios dijo, “Ve a alcanzarlos, y recuperarás todo lo que te fue tomado” Cuando David obedeció esas palabras se le fue devuelto todo lo que había perdido y se reestableció su liderazgo.
¡Tomar acción es bien poderoso! Un solo paso hacia delante puede robar el fracaso de su poder destructivo. El fracaso nos paraliza porque no tomamos el tiempo de entender el porque fallamos en primer lugar y después trabajar para cambiarlo. En lugar, esperamos a fuerzas externas o personas que vengan a rescatarnos, cuando el tiempo de Dios nos está llamando a actuar. Cuando tu estás preocupado en fallar, lo peor que tu puedes hacer es ¡NADA! Fallar puede ser un tremendo motivador, especialmente cuando te lleva a hacer cambios llevándote a nuevos niveles de entendimiento.
Escribir lo que se denomina el ciclo del letargo, el psicólogo David Burns dice: “Cuando estoy enfrentando un reto y no hago nada, te lleva a pensamientos distorsionados que soy incapaz, sin esperanza, o el cambio va más allá de mi, todo esto se puede convertir en emociones destructivas, pérdida de energía y motivación, dañar tu autoestima, sentimientos abrumados. El resultado final es comportamiento autodestructivo- evasión, escapismo. Estas emociones negativas se refuerzan entre si y todo el ciclo va de arriba hacia abajo.
Cuando tu haces y ganas, es glorioso. Cuando tu haces y pierdes, es doloroso- pero no es una falla. Fallar es rehusar a actuar en todo.
Si quieres oración o palabra de consejo escribenos a jondewitt.devocionales@gmail.com
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